
PRIMERA ÉPOCA
"Me daba cuenta de que nunca ganaría una peseta con cuanto yo hacía, eso pensaba encerrado en mi Estudio, aquel espacio en el que mi pensamiento era única ley.
Nunca encontré un ámbito cultural abierto. Encontraba que faltaba algo, coraje. Quería no volver al pasado sino salirme a un futuro novedoso tan alejado de lo académico como de lo subversivo político.
No estaba dispuesto a dejarlo, por nada".
PAISAJES DE CASTILLA
"Mucho antes de las lecturas sobre la personalidad paisajística y humana de la meseta, empecé a amar aquellos campos de tal poder de seducción.
La inmensidad realmente infinita de los surcos alineados que se pierden en la lejanía, las perspectivas sorprendentes cuando se curvan rodeando un otero, los ríos encajados en orillas verdeantes, los pinares de Valladolid, los campos de León, la maravilla antigua de las iglesuelas en Palencia, la sobriedad de Zamora."


BODEGONES
Desde que era un muchacho empecé a fijarme en los objetos antiguos, cosas que muestran en sí mismas una calidad y trascendencia que lo material, por sí mismo, no tiene.
Lo humano deja, o pone, en cuanto existe en su presencia, algo que acompaña. Nos identificamos con lo que aquel objeto nos dice al mirarlo. Tenerlo en compañía posee humanismo, lo da.
Entendemos, amamos aquello que fue útil y necesario, y ya no lo es. Somos, en ese instante, plenamente humanos.
ÁRBOLES
Es en el bosque en donde lo humano está en su mayor valor como ser pensante. Dentro del bosque somos en la medida más extensa y valiosa que seamos capaces de alcanzar.
Por ello, pintar un bosque es un desafío único, excepcional, prácticamente irrealizable. Viejo, me encuentro con la sorpresa de que al fin voy sabiendo lo que tengo que hacer para apresar eso que un bosque tiene: el placer de la vida, el gozo de todo sentimiento que lo humano guarda en la mirada enamorada de la belleza.


SANGUINAS DE MADRID
Hay belleza en las calles de una ciudad. Es posible dibujar nostalgia. Puede hacerse si se siente ese tirón de lo que se ve y se escapa. El tiempo diluye, borra.
Una sillita plegable de pintor, papel rugoso y lápiz sanguina. Dibujos leves en perspectivas insólitas y enfoques imposibles nunca vistos... pues no existen.
SERIE DEL MILENIO
Los árboles y el bosque. La naturaleza como imagen para reflexionar sobre el hombre, la vida y el mundo.
Un esmerado trabajo sobre la perspectiva y la luz, que guía al espectador hacia la idea de profundidad, un lugar donde adentrarse para caminar y sentir la voz de su atmósfera y su misterio.


MEMORIA ÓPTICA
Y llegó la evolución, esa crisis de identidad como pintor.
Ahora, con los ojos cerrados, veo un motivo pictórico que me trastorna, necesito verlo también con los ojos abiertos, es una necesidad imposible de resistir, y eso hago, pintar otra vez.
Eso son estos medio centenar de cuadros pequeño formato que he venido en llamar Memoria Óptica, pues eso son.
ESCENAS EVANGÉLICAS
Estas 8 pinturas me han supuesto tanto como 3 años de estudios y acopio de datos. Hay algunos intentos en pintura, sobre esos sucesos, de unos 100 años o más, pero con mirada y entendimiento intelectual actuales, no hay nada, no se ha hecho.
Es un pensamiento que estos hechos realizados por Jesucristo en su Vida y en su Muerte, llevan en sí mismos, además, una clara intención trascendente que se comunica a quien los ve, y considera en su corazón, su mente.


ÚLTIMA ÉPOCA
Hay belleza en las calles de una ciudad. Es posible dibujar nostalgia. Puede hacerse si se siente ese tirón de lo que se ve y se escapa. El tiempo diluye, borra.
Una sillita plegable de pintor, papel rugoso y lápiz sanguina. Dibujos leves en perspectivas insólitas y enfoques imposibles nunca vistos... pues no existen.