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Serie del Milenio

Fernando Marty Méndez

Pintura al óleo
2000 - 2005

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Serie del Milenio

Lo que fue creado para humanizar el mundo

Una puerta desde la que hundir la mirada hacia lo remoto para recuperar la memoria personal. Allí en el bosque, el que se deje llevar sentirá la nostalgia crepitar al buscar en la espesura. El bosque, donde se percibe el murmullo de lo mítico venir desde la fronda; incesante sucesión de ciclos, ensueño de historias y de aventuras verdaderas. La fugitiva gloria del hombre.

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Los árboles

Árboles y más árboles: si acaso algún riachuelo que pone a su arboleda un elemento profundamente evocador y llena el espacio de un melancólico y triste canto. Árboles en los que se percibe el pálpito existencial, emocional y romántico de Fernando, su tensión humana y estética.

Entre los árboles, una presencia humana superflua, apenas señalada en algunas piezas por un camino artificial, aunque el hombre aflora en metáfora, en símbolo. Una ausencia de personajes que responde a una idea de silencio: silencio capaz de impulsar el pensamiento.

"La profundidad como motivo para reflexionar sobre lo oculto, lo distante, lo que hay más allá de lo inmediato, de lo que se halla ante nosotros."

Los bosques

El pintor sabe que el bosque comienza donde los árboles acaban. Y tras los árboles nos muestra toda una trama de realidades y circunstancias que constituyen el bosque.

Así, bosques jugosos y sombríos, bosques metálicos y cristalinos, secos y duros; recortados o difuminados según el estado interior que mueve la mano y el pincel.

Bosques como alusiones directas junto a esquemas nítidamente alegóricos: bosques que nos plantan ante numerosas sugestiones, ante puras fantasías y algún reflejo onírico o explícitamente erótico.

Bosques brillantes y llenos de luz, bosques sombríos y silenciosos, rebosantes de amor, de aire que corre libre. Bosques de abandono y soledad, de contemplación, de vida y naturaleza; de síntesis y de análisis; de anhelo místico y de cruda realidad.

Todo ello desde un primer término detallista a una lontananza degradad y misteriosa, en la que a la vez que se rompen los perfiles se intuye un boscaje interminable de arrebatadora atracción.

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La naturaleza para reflexionar sobre el hombre, la vida y el mundo

El espectador puede adentrarse en el bosque para caminar y sentir la honda voz que desencadenan su atmósfera y su misterio. Allí la vida se nos ofrecerá entera, en intensa panorámica, haciéndonos sentir el eco rumoroso de nuestros días.

El bosque como descenso al origen del tiempo y del mundo; experiencia de la emoción telúrica que se filtra del fondo de las cosas; de naturaleza que se disuelve para reaparecer; de resurrección y de peso de lo absoluto; lo elemental al borde la luz; voz esencial, original, desnuda; tiempo ignorado, perdido y reencontrado.


 

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